El pollo es una de las carnes más simples y rápidas de preparar, con un tiempo promedio de cocción que va de 25 a 30 minutos para lograr un resultado perfecto. Sin embargo, incorporar vinagre durante su preparación puede transformar este alimento, haciéndolo más sabroso y jugoso para tus platos.
Este ingrediente versátil se utiliza en infinidad de recetas tradicionales, desde ensaladas y caldos hasta tostadas o tortitas, integrándose fácilmente gracias a su sabor más suave en comparación con carnes como la de res o cerdo. Según la Fundación Española de la Nutrición, el pollo es una fuente importante de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados e insaturados, fósforo, niacina y vitamina B6. Además, algunos cortes, como la pechuga, presentan un bajo contenido graso, convirtiéndolo en una opción saludable.
Actualmente, los expertos recomiendan consumir al menos tres porciones de carne magra a la semana. No obstante, al cocinar pollo con frecuencia, su sabor puede volverse monótono. Aquí es donde el vinagre se convierte en un aliado en la cocina: sus ácidos tienen la capacidad de suavizar la carne, aportándole una textura más tierna, según el portal Carnes Castillo.
Aunque es comúnmente usado en cortes de res, el vinagre también es excelente para marinar el pollo, ya que no solo mejora su textura sino que realza su sabor y aumenta su jugosidad. La revista Elsevier explica que “el vinagre es un líquido ácido obtenido por la oxidación del alcohol contenido en el vino, la cerveza, la sidra y otras bebidas fermentadas, gracias a la acción de una bacteria llamada acetobacter, que convierte el alcohol en ácido acético en presencia de oxígeno”.
Este proceso le otorga múltiples usos culinarios, desde conservar alimentos hasta funcionar como condimento. Para aprovechar sus beneficios en el pollo, se recomienda seguir estos pasos sencillos:
- Hacer pequeños cortes en la carne del pollo.
- Colocar el pollo en un recipiente y añadir un chorro de vinagre.
- Dejar marinar durante aproximadamente 30 minutos.
- Cocinar el pollo normalmente, sin remover el exceso de vinagre.
Así, cocinar el pollo con vinagre no solo mejora su sabor y textura, sino que también aporta un toque especial a tus recetas diarias, renovando el placer de este alimento tan común en nuestra mesa.